La lanza grande y yo
Jen-Cheng Chen
Un par de meses después de empezar a entrenar con el maestro Adam Hsu, él decidió abrir clases de dos armas: la espada y la lanza grande. Mi arma favorita era la espada y era lo que siempre quise aprender (raro fanatismo sin razón que sufre la mayoría de los practicante o no practicante de wushu), pero estaba indeciso por había escuchado al maestro hablar acerca de las bondades de practicar lanza.
Fui al maestro con la duda, él pensó un poco y me dijo:
“Generalmente, la secuencia del entrenamiento tradicional es sable, espada, palo y lanza; de lo más fácil a lo más difícil. Pero ahora tengo una idea, si se empieza por lo más difícil, ¿luego no se hace más fácil practicar las otras armas?”.
Así fue cómo este conejillo de India empezó con la práctica de la lanza grande.
Practicábamos en una plaza los sábados a la mañana. De 9:00 a 10:00 era tiempo de jibengong y de 10:00 a12:00 se empezaba con las armas.
La lanza que practicamos es liu-he da-qiang (lanza grande de seis armonías) que fue enseñado por Li Shu-Wen (李書文), quien era llamado también “Li, la lanza de Dios”. Li había simplificado y pulido, basado en su experiencia, las técnicas por lo que la lanza grande sólo tenía diez técnicas sueltas de aplicación y no tenía forma.
Lo peor de todo (en realidad es lo mejor de todo), es que la lanza grande no se mueve si no se hace correctamente con el cuerpo. No es como la espada, el sable o el palo, que los puedo hacer mal pero puedo dar una buena impresión con una forma de movimientos más o menos vistosos.
Con los pies clavados en el piso y con la lanza en mano (por cierto que pesa), era casi una tortura estar así dos horas bajo el sol, porque debido al tamaño, se debe hacer en un lugar abierto. Tiraba frecuentemente miradas envidiosas al grupo de espada haciendo “felizmente” técnicas y formas con movimientos elegantes bajo las sombras, mientras trataba de mover el árbol entre mis brazos pensando: “relajar, no usar los brazos, relajar, no usar los brazos…”. El cansancio físico era poco comparado con la fatiga mental.
Poco a poco, la punta de la lanza empezó a mover y después de tres meses, pude empezar a sentir cómo el abrir y cerrar de mi cuerpo movía a la lanza. Pero éste era sólo el primer paso…
La práctica se volvió “un poco” más divertida cuando empezamos la práctica de a dos, de a tres y hasta de a cuatro, haciedo aplicaciones de defensa y ataque. Pero la tortura siguió igual, y de treinta alumnos de lanza, quedamos solamente cuatro. Así, clase tras clase me hacía un auto hipnosis que la lanza no es pesada, que no hay que mover los brazos, que el sol no calienta, que los rayos ultravioletas no podían penetrar mi “camisa de hierro” y que las pequeñas vibraciones eran energía circulándose y no grasa intercutánea hirviéndose; también tenía que luchar contra las ganas de abandonar el tan aburrido entrenamiento. Lo peor de todo, era la frustración que sentía porque no veía los resultados del entrenamiento. Estaba motivado solamente por la confianza ciega de lo que dijo el maestro Adam Hsu: “Entrenando en la lanza, te mejora en todo incluyendo puño, espada, sable, etc.”.
Un día, el maestro, abrió clase de espada de dos manos a los alumnos de lanza y espada. Para sorpresa mía, los alumnos de lanza aprendimos más rápido e hicimos mejor los movimientos nuevos. ¡Era cierto! La lanza entrena el cuerpo adaptándolo a los movimientos básicos del wushu chino. Una vez entrenado el cuerpo, sirve para cualquier otro estilo o arma. Habíamos mejorado con el tiempo sin darnos cuenta. Esto lo pude comprobar mejor, tiempo después, cuando empecé con el combate y la espada: todas las técnicas aumentan su efecto agregándole técnica de lanza.
Ahora estoy más convencido que nunca de los beneficios de la lanza, es algo que se invierte poco y se obtiene mucho. Realmente me alegro de haberla elegido, practicado y no haberla abandonado en los comienzos. Recomiendo su práctica a todos los amantes del wushu chino, eso sí, deben contar con una lanza grande en casa y poder aguantar sus movimientos monótonos.
百日刀,千日劍,日日槍
Sable de cien días, espada de mil días y lanza de todos los días.
Dicho chino. Me gusta más esta versión. Hay otra que dice: lanza de año tras año (年年槍), o sino, lanza de toda la vida (一輩子槍).
Rev.1 2007-09-14 JC